jueves, 13 de mayo de 2010

Euforia querida, "dejáme" en paz por un ratito

Esta última semana he leído varios artículos de fútbol y finanzas de diarios argentinos y catalanes en donde la palabra euforia centraba siempre la noticia.

El pasado fin de semana, en el barrio bonaerense de La Paternal, el Club Atlético Argentinos Júniors estaba perdiendo en su campo contra Independiente por 3 a 1 faltando veinte minutos para acabar el partido. Si ganaban se ponían líderes del campeonato, parece que fue dramático porque al final ganaron 4 a 3 marcando el último gol en el descuento, lo que desató la euforia. En cambio en la ciudad de La Plata, el equipo de Estudiantes –ese equipo tan bueno que casi gana al Barcelona en la final mundial de clubes – tenía sólo que ganar para asegurar prácticamente el campeonato, pero empató, desatando la decepción ya que ahora está por detrás de Argentinos en un solo puntito y un partido por disputar.

En Barcelona la euforia ya lleva desatada varios meses, aunque con lo del Arsenal se elevó a categoría de arte catártico. Luego vino la caída ante un Inter ignominioso y la volatilidad de las emociones eufóricas se transformaron en pesimismo en aras de definir la Liga. Los seguidores del Barcelona viven con el ay en el cuerpo desde ese día y desean que se acabe la liga cuanto antes para celebrar el título. En Madrid tuvieron sus minutos de euforia cuando el Sevilla marcó dos goles al Barcelona a falta de diez minutos para finalizar el partido, para acabar luego decepcionados otra vez por la dura realidad. También falta una jornada y el Barcelona le lleva un solo puntito al Madrid.

La euforia conduce la volatilidad de nuestras vidas. La pasada semana la bolsa española vivía días de depresión para resucitar en un martes de gloria con una euforia desbordada con la subida más alta de su historia. En elmundo de las finanzas ya llevamos varios años de euforias y depresiones. Me fue muy bien releer el libro de J.K. Galbraith “Breve historia de la euforia financiera” (Ariel economia) en donde, en poco más de cien páginas, aclara los comportamientos psicológicos de las sociedades en momentos de euforia financiera. Hay tres aspectos de su visión que son contundentes: cuando se instala la nueva euforia financiera se olvida la última que se vivió y consecuentemente se caen en los mismos errores, se piensa que el mercado siempre dará beneficios, por último se cree que los grandes financieros son genios de las finanzas que han sido tocados por una gracia especial con la cual consiguen ver un futuro lleno de dinero que arrastra a los demás a invertir para hacerse ricos en medio de una desatada euforia.

¿Qué pasará este domingo en Barcelona y en Buenos Aires a nivel futbolístico? Yo compraría acciones del Barcelona y de Argentinos Júniors ya que son apuestas a largo plazo. Sus equipos son llevados por personas serias como Guardiola o Borghi y los dos clubs son muy respetados por su gestión. En Barcelona todos conocemos los frutos de la Masía, en el barrio de la Paternal hablan de su cantera como “el semillero del mundo”. En cambio Boca y River este año, sumidos en profundas crisis sociales y económicas, están en lo último de la tabla. El realísimo Real Madrid, después de gastarse 300 millones de euros que no tenía, no ganará realmente nada de nada. Definitivamente no compro acciones de estos clubs. Se demuestra , que en la vida la especulación en el corto plazo no lleva a nada, en cambio les proyectos a largo plazo son los únicos que resisten los avatares de la volatilidad.

En las finanzas pasa lo mismo. Yo creo en la planificación financiera a largo plazo que se apalanca en inversiones productivas como son las acciones de empresas que sostienen – y sostendrán - el 80% del trabajo mundial. No creo en cambio en el dogma de la ética protestante – que ahora es mundial y global – que cree que buscar solo el propio interés conlleva un beneficio para el resto de la sociedad. No creo en esto porque estos comportamientos se mueven muy bien en el terreno especulativo del corto plazo y no en la inversión a largo plazo y además son insolidarios con los que menos tienen ya que según su ética algo malo han hecho para merecer la pobreza de manera que no hay lugar paraayudarlos. La historia del capitalismo demuestra que un dólar invertido en acciones de compañías pequeñas del año 1926 en USA llegó a tener un valor de 15.091 USD en el 2006 demostrando que las finanzas a largo plazo son buenas si apoyan la inversión en producción, formación, tecnología, servicios sociales o infraestructuras necesarias porque generan beneficios sostenidos en el largo plazo que luego dan trabajo.

En ciertos países de Europa han estado de fiesta durante tiempo, como en Argentina en los 90. Algunos descubrieron que especular con hipotecas o con lo que fuera daba grandes beneficios. Los bancos europeos se sumaron a la fiesta y tras ellos muchos ciudadanos. Ahora nos viene la factura de la fiesta y hay que pagarla. Propongo tres recetas como menú para superar la crisis. El primer plato es sacrificio, si se le añade un poco de alioli mejor que mejor. El segundo plato es liderazgo político, ingrediente éste difícil de encontrar tanto en la Boquería de Barcelona como en el Mercado Central de Buenos Aires. Así pues no dejemos de lado el postre. Éste podría ser algo dulce como un arroz con leche por ejemplo, o manzanas asadas al horno con canela, que son platos económicos y que los podemos gustar en el largo plazo. O sea sacrifico, liderazgo y largoplazo es mi receta.

En fin, volvamos al fútbol. Este fin de semana se acaba todo. Luego, con el Mundial, empezará todo otra vez, y cuando éste acabe empezará de nuevo otro campeonato y otro y otro...pero antes que esto suceda este fin de semana mi suegro, oriundo del barrio de la Paternal, irá a la cancha de Huracán a ver si su Argentinos Júniors puede ganar el campeonato después de 25 años sin hacerlo. Antes de este partido veré por televisión a las dos de la tarde como el Barcelona juega su último partido de Liga.

Que tengamos suerte y buen provecho

1 comentario:

  1. L'eufòria és com l'enamorament: passa. I produeix un estat malaltís que no ens fa ser nosaltres mateixos. Sàvies paraules les teves.

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